Los campos electromagnéticos provocan el aumento de la producción de radicales libres (tanto de oxígeno ROS como de nitrógeno RNS) y la disminución de nuestras defensas antioxidantes.
Si la producción de radicales libres es superior a la capacidad defensiva de la célula, se crea un estado de estrés oxidativo que está detrás de muchas patologías.
Un buen estado de salud necesita del perfecto funcionamiento de nuestros sistemas reguladores, siendo el sistema endocrino el que ejerce el control para mantener la comunicación entre los sistemas nervioso e inmune.
Las alteraciones, como las provocadas por exposición a campos electromagnéticos, se acompañan de un aumento significativo de estrés oxidativo, desequilibrando el estado redox de la célula. Cualquier incidencia en uno de los sistemas reguladores, afecta al resto.
Los principales efectos perjudiciales por exposición a campos electromagnéticos comprenden: