La población ha tenido que pagar un precio por estar conectada a internet, el problema es que no es el mismo para todo el mundo. Unos lo han pagado con dinero y otros con su propia salud. Ésta es la realidad que vive, aproximadamente, un 10% de la población mundial, al ser especialmente sensibles a la radiación electromagnética no ionizante que emiten las placas de la vitrocerámica, nuestros móviles y las antenas de telefonía (entre otros).

El «mal» tiene un nombre: hipersensibilidad electromagnética. Una enfermedad, no reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero sí un trastorno admitido como causa de baja laboral en Suecia y recientemente también en Francia (fecha de la noticia año 2015). 

ENLACE A LA NOTICIA

Comments (0)

No comments at this moment
Product added to compare.